El despertar del Dragón

Capítulo 2305



Capítulo 2305

Actuar con debilidad

Alba reprimió la risa, vigilando con atención a sus oponentes y movilizando su aura.

Aun así, un dios de las artes marciales de segundo nivel como ella tal vez no duraría más de cinco intercambios de golpes contra su oponente actual.

Después de todo, Alba no poseía la habilidad de Jaime para luchar contra enemigos con un nivel de cultivo superior.

Cuanto más alto era el nivel de cultivo, mayor era la diferencia entre cada nivel, y más imposible resultaba para los débiles derrotar a los fuertes.

Nazar y Rulo eran Dioses de las Artes Marciales de Cuarto Nivel. Por lo tanto, Alba no tenía ninguna posibilidad de ganar.

—Señorita Lope de Vega, puede descansar a un lado y ver cómo convierto a estos dos en cadáveres secos —Jaime sonrió.

Al instante siguiente, su aura se intensificó.

Alba asintió y retrocedió unos pasos, planeando ver a Jaime lidiar solo con las Parcas Gemelas.

—¡Hmph! ¿Estás loco? No puedo creer que un simple Santo de las Artes Marciales como tú piense que puede enfrentarse a nosotros. Puedo masacrarte yo solo —Nazar resopló y al instante corrió hacia Jaime.

El insulto anterior de Jaime lo había enfurecido, y no iba a dejar pasar ese asunto hasta matar a Jaime.

En un abrir y cerrar de ojos, Nazar había llegado ante Jaime. Levantó el bastón de bloqueo de almas por encima de su cabeza y lo derribó con gran fuerza.

Supuso que aquel golpe pulverizaría todo lo que encontrara a su paso. Sin embargo, Jaime se limitó a sonreír y esquivar el ataque sin esfuerzo.

Al instante siguiente, su cuerpo emitió rayos de luz dorada y el Cuerpo de Golem envolvió su figura, dándole la apariencia de un dios de la guerra con armadura dorada.

Al notar la repentina materialización del Cuerpo de Golem en Jaime, las Parcas Gemelas quedaron aturdidas.

—No me extraña que seas tan engreído, mocoso. Resulta que en realidad escondes una armadura de alto grado. No obstante, aunque tu cuerpo sea de hierro, ¡te haré papilla hoy mismo! —rugió Nazar.

Jaime no respondió. Unas luces doradas estallaron cuando Jaime lanzó un Puño de Luz Sagrada contra Nazar.

Las deslumbrantes luces doradas iluminaron al instante el vasto bosque. Exclusive content © by Nô(v)el/Dr/ama.Org.

La expresión de Nazar cambió un poco mientras se apresuraba a usar su bastón de bloqueo de almas para bloquear el ataque.

¡Clang!

Un sonido ensordecedor reverberó mientras una enorme fuerza se extendía hacia fuera, haciendo que los gruesos árboles de los alrededores fueran arrancados de raíz por la energía marcial.

Nazar sintió entumecimiento en el brazo mientras seguía retrocediendo.

—Qué poder tan aterrador. ¿Cómo puede un simple Santo de las Artes Marciales poseer semejante fuerza? —Miró a Jaime con incredulidad.

—Nazar, ten cuidado. Este tipo está actuando débil a propósito. A juzgar por sus capacidades, no es un simple Santo de las Artes Marciales —le recordó Rulo, de pie a un lado.

Al instante siguiente, su cuerpo emitió rayos de luz dorada y el Cuerpo de Golem envolvió su figura, dándole la apariencia de un dios de la guerra con armadura dorada.

Nazar asintió. Entonces, saltó. Mientras su cuerpo aún estaba en el aire, de repente blandió su bastón.

La interminable niebla negra exudada por el bastón se transformó en numerosos espíritus malignos que se lanzaron con saña contra Jaime.

Mirando a esos espíritus malignos formados por las nieblas negras, Jaime curvó los labios hacia arriba y se echó a reír.

Al ver la reacción de Jaime, Nazar se quedó boquiabierto y desconcertado.

Sin embargo, antes de que pudiera reaccionar, vio que Jaime concentraba su energía en su campo de elixir. Al segundo siguiente, Jaime abrió la boca, desatando una poderosa fuerza de succión similar a un torbellino y tragándose a aquellos espíritus malignos.

Cuando el vendaval fue amainando, Jaime se frotó el vientre y soltó un eructo de satisfacción.

Nazar se quedó mirando a Jaime con total asombro e incredulidad.

—¿T…tú también puedes usar magia negra? ¿También eres un Cultivador Demoníaco? —preguntó asombrado.

—¡Bah! No me interesa la magia negra. ¡Es que mi técnica puede contrarrestar a la perfección la tuya!

Jaime expresó su desprecio y dio un pisotón, impulsándose hacia Nazar como una flecha liberada de la cuerda de un arco.

Al ver a Jaime cargar en su dirección, Nazar dejó de tener una expresión relajada en el rostro. Sus pupilas se contrajeron y su aura explotó


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