Capítulo 2302
Capítulo 2302
Secta del Cielo Ardiente
—¡Roar!
En ese momento, una serie de rugidos bestiales resonaron en el aire, seguidos de gritos escalofriantes.
Jaime y Alba corrieron hacia la fuente del sonido.
Sin embargo, cuando llegaron, descubrieron varios cadáveres de artistas marciales tendidos en el suelo.
Estos artistas marciales no eran miembros de la Secta Vientofuerte. Tal vez eran artistas marciales de otras sectas que se colaron mientras la Secta Vientofuerte cerraba la cordillera.
Por desgracia, eran demasiado débiles, y aventurarse en esta cueva sólo les traería problemas.
Frente a varias bestias, Jaime desenvainó su Espada Matadragones y unió fuerzas con Alba.
Las bestias eran recursos valiosos. En poco tiempo, consiguieron reunir varios núcleos de bestias brillantes.
Jaime no podía creer que en verdad hubiera bestias en el interior de las Montañas Kazillion, y no pudo evitar cavilar sobre qué más podrían encontrar allí dentro.
Mientras tanto, en un espacio abierto en lo profundo del bosque, varias personas vestidas con extraños ropajes se reunieron alrededor de los cuerpos de varias bestias.
Sus ropas estaban bordadas con patrones de llamas, y su aura tenía un toque de rareza.
Estaba claro a primera vista que estas personas estaban practicando Cultivo Demoníaco.
—Lord Gracia no está aquí, así que tendremos que vigilar este lugar. Si podemos tomar posesión de las antiguas ruinas del Palacio Narciso, ¡entonces la Secta Cielo Ardiente ya no tendrá que vivir temiendo a las otras sectas! —dijo un anciano de rostro adusto.
—Delgado, ¿puedes estar seguro de que estas son las antiguas ruinas del Palacio Narciso? Con una perturbación tan grande como ésta, las otras sectas no se quedarían de brazos cruzados. Enviarán gente aquí —respondió otra persona con dudas.
—Tenga por seguro que somos los más cercanos a este lugar. Para cuando lleguen las otras sectas, ya habremos encontrado las ruinas antiguas y las habremos reclamado para nosotros —«Lord Gracia no pudo obtener recursos de la Secta Alquímica esta vez, así que sólo podemos confiar en nosotros mismos». Respondió Delgado.
—Sin embargo, cuando Lord Gracia se marchó, nos dijo que tuviéramos cuidado y esperáramos su regreso —dijo otra persona.
—Esta es una oportunidad única en la vida. Si esperamos a que vuelva Lord Gracia, puede que las antiguas ruinas del palacio Narciso ya hayan sido saqueadas. Ahora, colocaremos matrices arcanas por todas partes. Tan pronto como alguien entre, podemos atraparlo por un tiempo. Cuando encontremos las ruinas antiguas, estoy seguro de que Lord Gracia nos recompensará generosamente —dijo Delgado.
Y añadió:
—¡Entonces, ya no tendremos que vivir escondidos en esta montaña!
Los ojos de Delgado brillaron de alegría y su expresión estaba llena de confianza.
—¡Entonces seguiremos tu plan, Delgado!
Todos asintieron con la cabeza.
—Muy bien, continuemos nuestro camino ahora.
Con un gesto de la mano, Delgado y los demás desaparecieron en las profundidades del bosque.
Después de que se fueran, una niebla verde comenzó a extenderse desde su lugar de descanso hacia el bosque.
Lugares como este que emitían niebla verde existían en muchas partes del bosque.
En este bosque, Jaime y Alba continuaron avanzando, confiando en el sentido espiritual de Jaime para guiarse.
Sin embargo, sentían que caminaban en círculos y no habían avanzado mucho, incluso después de haber caminado durante mucho tiempo.
Todo a su alrededor parecía igual. El camino por el que habían caminado estaba rodeado de árboles, y ahora seguía habiendo árboles a ambos lados. Nada había cambiado.
—Señor Casas, ¿cree que estamos dando vueltas? Me parece que llevamos mucho tiempo caminando, pero seguimos en el mismo sitio. Ahora no se escucha nada, y tampoco hay bestias —le dijo Alba a Jaime, con un deje de miedo en el tono.
Jaime frunció el ceño y negó con la cabeza.
—Eso es imposible. Aunque los árboles de ambos lados parecen iguales, ¿no te has dado cuenta de que la niebla que nos rodea es cada vez más espesa y cambia de negro a verde? Belongs © to NôvelDrama.Org.
Sólo entonces Alba se dio cuenta de que la niebla que los rodeaba se había vuelto verde poco a poco, pero no tenía ni idea de cuándo había ocurrido.