Capítulo 2295
Capítulo 2295
Seres insolentes e insignificantes
Emiliano descubrió por fin lo importante que era, ya que Huro le apreciaba y cambió su actitud hacia él. Sin embargo, Trino se sentía poco complacido.
La madre de Emiliano le sugirió a Trino:
—¿Por qué no te vas con Emiliano? Puedes salvarle si se pone en peligro.
—No. Mi padre dijo que el señor Olmos se quedaría a dirigir la Secta Vientofuerte. No necesito que nadie me proteja. Ya no soy un niño, y mis modificaciones genéticas me han hecho más fuerte. Tengo a mi equipo conmigo, y estamos listos para partir. No hay tiempo que perder.
Con eso, condujo feliz a su equipo a las Montañas Kazillion.
Al mismo tiempo, Jaime y Alba también se dirigían a las Montañas Kazillion.
Cientos de artistas marciales se reunieron allí para buscar las antiguas ruinas.
Muchos descubrieron la cueva que se formó de forma natural, pero la oscuridad que había debajo era demasiado amenazadora para que nadie se aventurara a bajar y explorar.
Emiliano y su equipo, formado por docenas de hombres de la Secta Vientofuerte, pronto llegaron a las Montañas Kazillion. NôvelDrama.Org copyrighted © content.
Mirando a los cientos de artistas marciales sobre la cordillera, Emiliano saltó en el aire y gritó:
—Esta área restringida está ahora bajo el control de la Secta Vientofuerte. Si no están autorizados a estar aquí, márchense de inmediato. Aquellos que se nieguen a marcharse serán eliminados al instante.
Al escuchar eso, los artistas marciales montaron en cólera.
—¿Es la Secta Vientofuerte una banda? ¿Cómo puede actuar como desea?
—Es joven, pero habla con arrogancia, ¿eh?
—Creo que nunca he escuchado hablar de la Secta Vientofuerte…
Empezaron a cuchichear entre ellos, inseguros de qué hacer. La fuerza de Emiliano era innegable, y no querían provocarlo.
Justo en ese momento, un anciano que desprendía el aura de un Santo de las Artes Marciales de Alto Nivel dio un paso al frente. Se le consideraba un experto fuera de los reinos ocultos.
—¿Secta Vientofuerte? Nunca he escuchado hablar de su secta. Los artistas marciales vienen a menudo a las Montañas Kazillion para entrenarse. Cualquiera puede venir como le plazca. ¿Cuándo se convirtió en el terreno prohibido de tu secta?
Después de escuchar eso, muchas personas se adelantaron para criticar a Emiliano.
—Joven, ¿te atreves tú y tu secta a ir contra todo el mundo de las artes marciales?
—Sí. Crees que eres capaz de flotar en el aire, pero eso es bastante fácil de conseguir.
—¡La Secta Vientofuerte debería marcharse ahora mismo! Si invocan nuestra ira, ¡encontrarán aquí su perdición!
No se contuvieron en maldecir a Emiliano.
—¡Ja! Un puñado de seres insolentes e insignificantes —comentó Emiliano con frialdad.
Desató su aura de Dios de las Artes Marciales, que estalló hacia el anciano y los demás artistas marciales.
—¡Es un Dios de las Artes Marciales! Esta es el aura de un Dios de las Artes Marciales.
—Nunca había visto un Dios de las Artes Marciales tan joven. ¡Esto da miedo!
Todos palidecieron de miedo cuando sintieron su aterrador poder.
El anciano y los artistas marciales que estaban maldiciendo a Emiliano murieron bajo la presión de su aura de Dios de las Artes Marciales sin tener la oportunidad de tomar represalias.
Los artistas marciales restantes giraron sobre sus talones y huyeron de la montaña como si hubieran visto al diablo encarnado.
No podían esperar a escapar, temerosos de que la aterradora aura del Dios de las Artes Marciales los matara si llegaban un segundo demasiado tarde.
Mientras todos huían precipitadamente de la escena, Emiliano soltó una carcajada de placer.
—Sansón, lleva a nuestros hombres montaña abajo y coloca bloqueos a lo largo del camino para impedir que nadie suba. Las antiguas ruinas del Palacio Narciso son propiedad de la Secta Vientofuerte —ordenó Emiliano.
—¡Entendido! —respondió Sansón. Reunió a algunos hombres y partió para hacer lo que se le había ordenado.
Emiliano y el resto fueron directo a la cueva que había aparecido de repente.