Diario de una Esposa Traicionada Capítulo 247
Capítulo 247
Al oír eso, mis nervios tensos poco a poco se relajaron. Mi tía tenía razón. Si no fuera por la relación de sangre, ¿quién haría tal cosa?
La ayudé a acostarse en la cama, me, incliné para arroparla bien mientras le preguntaba: “¿Cómo te has sentido estos días, has mejorado algo?”
“Mucho mejor, el doctor dijo que con una quimioterapia más, podré concentrarme en descansar.”
“Eso es bueno.”
Cuando iba a enderezarme, mi tía agarró el colgante de esmeralda que se había caído de mi cuello, lo acomodó cuidadosamente y me instruyó: “Este colgante, llévalo siempre contigo, no dejes que otros lo
vean.”
Me quedé ligeramente sorprendida y le pregunté: “¿Por qué?” Así que era un adorno que al parecer no podía ser visto por otros.
La mirada de mi tía brilló por un momento, explicándome: “Es… es demasiado valioso, temo que gente
con malas intenciones lo codicie.”
“Está bien, lo entiendo.”
El color de ese colgante era aún más difícil de encontrar que las dos piezas que Ricardo había preparado para los niños, entonces comprendí la preocupación de mi tía.
Llamé al abogado Gómez para que entrara y lo presenté: “Tía, este es el abogado Gómez, él se encargará de tu divorcio.”
“Señora Coral, gusto en conocerla. Cuando subía, Cloe ya me había comentado brevemente sobre su situación, pero quizás necesite conversar un poco más con usted para entenderlo todo.” Dijo el abogado Gómez yendo directamente al grano.
Mi tía se mostró un poco incómoda y lo saludó diciendo: “Hola, se nota que usted es un gran abog ¿cómo se calculan sus honorarios?”
“No se preocupe, Cloé y yo somos amigos, y esto es solo un caso menor para mí, lo resolveré fácilm sin cobrar.”
Eso era algo que había acordado con él de antemano, para evitar que mi tía sintiera alguna carga. Mi t me miró, y al ver mi asentimiento, se tranquilizó. El resto ya no requería de mi preocupación. Salí de la habitación del hospital, miré hacia afuera por instinto, buscando a Gonzalo, pero estaba desolado. Él ya no estaba. Lo que él dijo seguía haciéndome sentir insegura.
Al volver a casa, estuve distraída toda la tarde. Cuando la gente se enoja, además de maldecir sin pensar, lo más probable es que lo que digan sea la verdad cruda y directa. Pero, como dijo mi tía y mis padres habían sido demasiado buenos conmigo. ¿Cómo podrían no ser mis padres biológicos?
Sin embargo, al siguiente momento, pensé en Lorena y en cómo protegía y consentía a Abril… No menos que lo que haría con su hija de sangre.
En mi mente, dos pequeñas figuras estaban luchando, una decía que sí, y la otra que no.
Al final, no pude resistirme y llamé a Gonzalo: “¿Tienes tiempo ahora? Hay algo que quiero preguntarte.”
Después de lo sucedido por la tarde, pensé que seguina enojado y me insultaría, pero respondió muy dispuesto: “¿Preguntar sobre tu origen? Eso no se puede explicar bien por teléfono, mejor en persona.” This text is property of Nô/velD/rama.Org.
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Morgen
Mi corazon dio un vuelco, sintiéndome como suspendida en el aire, y acepté de inmediato: “Ahora?”
No estoy libre ahora, que tal a las siete de la noche
Se detuvo al parecer hablando con alguien más, y luego continuó: “En la cafeteria al lado del Club
Para otros, quedar en una cafeteria no tenia nada de extraño, pero el era un apostador
Le pregunté Por que en una cafeteria?”
Tosio ligeramente y de repente sin paciencia dijo: “Si, tú decides si vienes o no, de todos modos no te esperare Ahi hay mucha gente, que temes que te haga?”
Ese asunto, definitivamente no podria sacar nada de mi tia. Solo me quedaba buscara Gonzalo.