Cariño eres multimillonario

Capítulo 68



Capítulo 68: ¡No Puedo Permitir que mi Tlo Mendoza Siga Slendo Engañado!

Valentina observaba con desdén a la persona sentada frente a ella. Belonging © NôvelDram/a.Org.

Justo cuando iba a levantarse para Irse, Noah agarró de repente la mano de Valentina. Ella, casi por instinto, se sacudió para soltarse, y luego tomó el vaso de agua de la mesa y se lo arrojó a la cara a Noah con precisión y fuerza.

-Valentina, carajo… -Noah, mordiéndose los dientes de rabla, dijo. ¡Debes estar celosa!

Celosa de que Alti se case conmigo. No te atreves a desquitarte con Aiti, temiendo que los demás

vean tu verdadera cara.

¿Celosa? Valentina, que estaba a punto de dar un paso, se detuvo de golpe. Se giró lentamente.

mirando a Noah como si fuera un tonto.

-¿Celosa? ¿De casarme contigo, un patán sin valor? ¿Qué hay para envidiar?

Noah, sorprendentemente, no se enfadó por el apodo de «patán».

Él pensaba que Valentina se había casado con otro solo para vengarse de él, impidiéndole

obtener Starlight Joyas.

Últimamente, habia estado desesperado por llenar los vacíos financieros de sus proyectos, todo

debido a Valentina.

Ahora que iba a casarse con Aitana, quien traería un regalo considerable de boda, estaba listo para renacer de sus cenizas. Quería presumir ante Valentina, mostrarle que su decisión había

sido un error.

-Después de todo, soy el señor de la familia Rodríguez de Coralia. Mi abuela Lucinda dijo que solo yo soy el legítimo heredero. Todo lo de la Empresa Rodríguez será mío. Y tú…

-Escuché que te casaste con un gigoló -dijo con desdén-. ¿Así de desesperada estás sin mi? ¿ Qué tipo de vida decente puede darte un gigoló? No solo careces de la inocencia y la bondad de

Aitana, sino que tampoco tienes su suerte. ¡La mujer que amo debe vivir como una dama de la

alta sociedad!

Noah, despreciando al marido de Valentina, buscaba en su rostro algún signo de arrepentimiento.

Pero, obviamente, se llevó una decepción. Valentina, con una ceja levantada y sin darle

importancia, corrigió:

-Primero, mi esposo es el hombre más encantador del mundo, mucho más atractivo que tú.

-Segundo, no importa qué tipo de vida pueda darme él, lo importante es que yo misma puedo

por mi diseño en el concurso de joyería? ¿Puedes adivinar cuánto me corresponde a ml?

¿Cien millones de dólares? Los ojos de Noah evidenciaron su sorpresa.

Valentina lo vio y una sonrisa fria se dibujó en sus labios.

-Y sobre tu inocente y bondadosa Altl… Espero que siempre solo veas su «inocencia y bondad».

Aitana era una manipuladora, mostrándose frágil y amable ante los demás. Pero, ¿quién podial mantener esa farsa para siempre?

Si Noah descubriera la verdadera cara de Altana…

Valentina sonrió con expectativa, pensando que entonces si habría un espectáculo digno de ver.

-Jaja–Valentina soltó una risa cargada de significado.

Aprovechando un momento de desconcierto de Noah, se dio la vuelta y se alejó a grandes pasos.

Cuando Noah volvió en sí, Valentina ya se habla ido. Pensando en las palabras recientes de

Valentina…

-Cien millones de dólares…

Estos días, él habia estado inseparable de Aitana, quien necesitaba cuidados, tanto que ni siquiera había seguido las últimas acciones del señor Mendoza.

¿El señor Mendoza había gastado cien millones de dólares en una obra de diseño de Valentina…?

¿Qué podría valer cien millones de dólares?

¿Sería que el señor Mendoza todavia sentía algo por Valentina?

Noah sentia una mezcla indescriptible de emociones en su interior.

De repente, vio entrar a Aitana y rápidamente se acercó a ella.

-Querida, dijiste que Valentina se casó con un gigoló, dime quién es, y lo llevaré delante de mi tío Mendoza para desenmascararla. ¡No puedo permitir que mi tío Mendoza siga siendo

engañado!

Noah seguía llamando «tio Mendoza» con afecto.

Parecía haber olvidado que hacía poco, cuando quiso ver al señor Mendoza, fue rechazado.

Aitana sintió un escalofrío, ya que ella sabía claramente que, jel «gigoló» con quien se casó

Valentina era el señor Mendoza!

Pero no podia decirle esto a Noah.

Aitana respiró hondo y forzó una sonrisa.

-Cariño, ella es mi hermana después de todo, ¿no deberíamos dejarle algo de dignidad?

-¡Ella te tendió una trampa en el concurso de joyería y aún así la defiendes!

Noah miraba a Aitana; la mujer que amaba era realmente bondadosa, no como Valentina.

-¡Ya no importa! -Aitana mostró una sonrisa amarga.

Estos días, solo pensar en Valentina la hacia rabiar.

¡Deseaba que el señor Mendoza dejara a Valentina de inmediato!

Pero sabía que no debía precipitarse.

Pensando en algo, una astucia cruzó por los ojos de Aitana, luego fingió preocupación.

-Mi hermana es hermosa y siempre ha sido muy querida por los hombres, pero hay algo que me preocupa, nunca he sabido cómo convencerla de que se detenga…


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